martes, 23 de noviembre de 2010

¿Qué tipo de enfermedades se daban y cómo se curaban, que creencia tenìan, con que remedios?



En los barcos se generaron diversas enfermedades por higiene, alimentos y por bebidas, los que se presentaron por higiene fueron la viruela, el cólera y el sarampión, por alimentos el escorbuto, daños gastrointestinales y por bebidas el tifus.
El escorbuto era el más frecuente pues a menudo los viajes eran muy largos y este tipo de enfermedad era la que se presentaba después de varios meses porque los alimentos no duraban demasiado tiempo.

EL ESCORBUTO

El autor Ignacio Gonzalez dice que el escorbuto se presenta con un debilitamiento progresivo, dolores en las piernas y las articulaciones. Las encías se ulceran y sangran, los dientes se caen. Luego sobrevienen equimosis, úlceras, hemorragias más o menos graves. El enfermo presenta alteraciones del estado general, pudiendo morir sino se le trata correctamente. Los británicos descubren la eficacia del jugo de limón para luchar contra el escorbuto, mientras que la vitamina C fue descubierta en 1928. [1]

A finales del siglo XV se empezó a repartir el jugo de lima a todas las tripulaciones británicas, hoy día se utilizan como antiescorbúticos las naranjas y los limones, más ricos en ácido ascórbico que las limas. Otra enfermedad se daba psicológicamente pues los marineros se volvían locos por el encierro y el poco espacio que había en cada uno de los barcos, por esta razón cada vez que los barcos embarcaban se les otorgaba permisos a los marineros para irse a emborrachar y estar en las ciudades durante un tiempo para que no se volvieran locos.

LAVIRUELA

La enfermedad que afecto sobre todo al continente Americano fue la viruela  pues esta enfermedad no se conocìa y la mayorìa de los pobladores morían fàcilmente, fue una de las enfermedades que se dio también en los barcos, en cuanto atacaba la viruela la supervivencia de la persona se daría si la enfermedad atacaba de forma leve o aguda de afección y de la fuerza del propio organismo para combatirla. Nadie sabía con exactitud lo que cómo se transmitía aunque se consideraba altamente contagiosa en el siglo XVI al igual que la peste, los remedios que se utilizaban para curarla era la sangrías, aplicar calor, provocar sudor y la “cura roja”, los médicos de esa época recetaban purgas para los enfermos.

Según señala Mary Lindemann, la terapia sudorífica se había conocido en Europa gracias a los escritos del médico persa Rhazes, que en su tratado sobre la viruela y el sarampión recomendaba envolver a los enfermos  y mantenerlos lo más caliente posible para provocar la transpiración que permitiera limpiar el organismo de las pústulas causantes de la infección. 

Esta terapia, junto con el tratamiento rojo que este consistía en vestir a los enfermos con ropa roja, rodear el lugar donde se encontraba con cortinas rojas y darles líquidos rojos, eran los remedios que más eran utilizados hasta el siglo XVII, después Sydenham recomendó el “tratamiento refrescante”, este consistía en mantener a los enfermos en lugares ventilados, frescos, mantenerlos limpios y darles bebidas heladas, estos remedio no servían de nada.


El autor Carmona en su libro "Enfermedades y sociedad en los primeros tiempos modernos" dice que los  síntomas aparecen tras un periodo de incubación de entre 7 y 17 días, aparecía una fase de fiebre alta, postración, malestar y cefalea, seguida, al cabo de 3 o 4 días, de una erupción que afectaba sobre todo a la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. En los 6 a 10 días siguientes la erupción daba paso a pequeñas pústulas. La segunda fase empezaba con la recurrencia de la fiebre; las pústulas podían infectarse por bacterias. Durante la convalecencia, las pústulas desarrollaban costras y cicatrices permanentes, y desaparecían la fiebre y la toxicidad. La viruela era mortal en un 30% de los casos y la muerte se producía por la diseminación de la infección a los pulmones, el corazón o el cerebro. [2]


EL COLERA

El cólera fue la enfermedad que más ataco a México y mató a millones de personas del país, pues el agua en algunos lugares no llegaba lo suficientemente limpia, además era un medio que transportaba las bacterias en todo el país.

La autora Lourdes Morfin manifiesta en su libro que los síntomas del cólera son la diarrea y la pérdida de líquidos y sales minerales en las heces. En los casos graves hay una diarrea muy importante, con heces características en 'agua de arroz', vómitos, sed intensa, calambres musculares, y en ocasiones, fallo circulatorio. En estos casos el paciente puede fallecer a las pocas horas del comienzo de los síntomas. [3]

Es una de las enfermedades más graves que se desarrollaron en los barcos. La única forma de contagio es a través del agua y los alimentos contaminados por heces (en las que se encuentra la bacteria) de enfermos de cólera. Esto se daba porque las ratas que se encontraban en los barcos dejaban sus heces en los alimentos que no estaban protegidos como deberían es por eso que el cólera afectaba a las tripulaciones. En mi investigación no encontré el tratamiento que se daba en épocas pasadas para esta enfermedad, pero actualmente el tratamiento consiste en la reposición oral o intravenosa de líquidos y sales minerales, es decir se hidrata al paciente a través de líquidos

El SARAMPIÓN

El sarampión fue una de las enfermedades más recurrentes dentro de los barcos, esta enfermedad transcendió fronteras y llegó a muchos países entre ellos México, los países latinoamericanos eran países más afectados pues este tipo de enfermedades para ellos eran desconocidos a diferencia de los europeos o extranjeros que ya sabían más de la enfermedad y eran inmunes a ella, los síntomas del sarampión se caracteriza por la aparición de pequeñas manchas rojas en la superficie de la piel, irritación ocular, tos y rinorrea (secreción nasal abundante).

En el libro "La peste y los médicos en la España del Renacimiento" encontre que a los doce días del contagio, aparecen fiebre, estornudos y rinorrea. Después aparece la tos y la inflamación de los ganglios del cuello. A los cuatro días empiezan a aparecer manchas cutáneas, primero en el cuello y la cara y después en el tronco y las extremidades. En dos o tres días el exantema (o erupción cutánea) va remitiendo, así como la fiebre. Puede haber descamación de la piel afectada por el exantema. [4]

Realmente nunca hubo una curación exacta para esta enfermedad, actualmente existe una vacuna para protegerse de la enfermedad, pero esta sólo se cura con descanso, la administración de paracetamol, jarabes antitusígenos y lociones cutáneas para aliviar la fiebre, la tos y la picor de la piel.

EL TIFUS

La enfermedad del tifus en el siglo XVI se le conocía como tabardillo, el tifus es una enfermedad grave  y que inicialmente aparecen pápulas rosadas o rojas, a medida que va progresando la enfermedad con frecuencia la respiración pasa a ser  rápida y con frecuencia se encuentra repugnancia y temor a la luz, en ocasiones puede aparecer gangrena en las extremidades, de esta enfermedad actualmente sabemos que se transmite normalmente por el piojo, esta enfermedad se presentaba de manera inesperado con síntomas como escalofríos, dolores lumbares, vómitos y vértigos, se presentaban fiebres altas, aparecían manchas rojas que después de varios días se volvían negras o azuladas en todo el cuerpo, esta enfermedad puede causar la muerte y se daba en los barcos porque los marineros no se aseaban constantemente, principalmente no se lavaban el cabello que es lugar donde se reproduce el parasito, pues hay diferentes tipos de piojo este que se encuentra en la cabeza se alimenta de la sangre, también hay el piojo del cuerpo que se encuentra en la ropa y son liendres o huevos, estas son las que se reproducían por falta de higiene, pues no había casi lugares para asearse corporalmente y su ropa no se lavaba frecuentemente es por eso que este tipo de enfermedades se propagaban en los barcos.

LA PESTE

Pérez Javier dice que la peste se manifestaba principalmente con una súbita fiebre, sin gran intensidad, y a los pocos días aparecían unas hinchazones bubónicas en las axilas, detrás de las orejas y en los muslos. Los enfermos graves quedaban luego sumidos en un coma profundo o en un estado delirante. Vomitaban sangre, sufrían inapetencia y, a veces, en medio de un violento frenesí sentían una enorme sequedad, abrasándose. Unos morían rápidamente, otros a los pocos días, con pústulas negras que se abrían en los sitios donde tenían las bubas. Pero no todos fallecían, pues algunos se salvaban, en mayor medida los que supuraban por las hinchazones.[5]

La plaga avanzó por el Próximo Oriente, llegando hasta Egipto y Crimea. Por entonces, los genoveses tenían un activo comercio en los puertos del Mar Negro y parece que fueron ellos los que difundieron la terrible afección por el Mediterráneo. Las ratas y pulgas que venían en los barcos, infectadas de ectoparásitos, se convirtieron en eficaces transmisiones del mal. Extendiéndolo rápidamente allá por donde atracaban.

En la década de 1340, quizá fueran ratas negras que acompañaban a mercaderes de la ruta de la seda, viajando desde el Asia Central hasta el Mar Negro, las que llevasen la peste a Caffa, en Crimea. Desde aquí, serían transportadas por mar hasta el sur de Italia, desembarcando luego con suma facilidad al tocar tierra firme. Más concretamente, las ratas negras portadoras de la peste abrían abordado en el verano de 1347 una decena de naves mercantes genovesas en el citado puerto de  Caffa, en el Mar Negro. Algunas de estas embarcaciones cruzaron  y llegaron hasta el otro lado del Mediterráneo.

Durante cinco años aproximadamente, de 1347 a 1351, la llamada Peste Negra atacó con gran dureza a Occidente. Tras su estallido inicial, en poco tiempo se extendió por buena parte de Europa con una rapidez impresionante y un impacto demoledor, ocasionando una terrible tragedia colectiva, sembrando el horror y provocando las mayores desgracias imaginables allá por donde pasaba. Concretamente, cuando en 1348 el rey Felipe VI de Francia consultó al cuerpo médico de París acerca de las causas de la cruel enfermedad que se estaba padeciendo, la respuesta que recibió apuntaba en tal sentido. El dictamen que emitieron finalmente los maestros de la Soborna incluía argumentando que la pestilencia se habría originado por la alineación de los planetas que, en su parecer, experimentaron en 1345 los planetas Saturno, Júpiter y Marte. Tan extraordinario acontecimiento habría sido el motivo de que se hubiera producido el calentamiento del aire y la aparición de miasmas, estas se creían que desprendían cuerpos enfermos, causantes a su vez de las bubas pestilentes.

Para tratar de acabar con el mal la gente, encendía fogatas en las calles para purificar el aire hasta utilizaron vinagre, azufre o fuertes perfumes como desinfectantes para las personas, ropas o inmuebles; sin mencionar toda una serie de rituales que se hacían y que en la actualidad nos parecen ridículos, pero que por aquellos tiempos se estimaban que podían ayudar a evitar contraer la tan temida dolencia.

Por entonces ya se sabía que existían principalmente dos tipos de peste: la neumónica y la bubónica. En el caso de la primera, que afectaba a las vías respiratorias, el contagio era fácil de explicar: al toser, los enfermos emitían pequeñas gotitas de secreciones bronquiales que podían ser aspiradas por las personas que estaban cerca y de esa forma se contagiaban de la enfermedad. Pero en cuanto a la segunda, el problema era complejo. Este tipo de peste no afectaba a los canales de respiración y los bubones, de las axilas o las inguinales, no eran contagiosos, ni siquiera por contacto directo.[6]

Cómo ya había citado el autor Carmona especifica que la variedad pulmonar o neumónica, esta infección causaba muerte la muerte en tan sólo dos o tres días, tras progresar de inmediato en el organismo afectado, que no encontraba ninguna defensa ante la extensión del mal. Éste invadía por vía mucosa (no por la picadura de la pulga), se contagiaba por la tos o al respirar aire ya contaminado (directamente, pues, de individuo a individuo, sin necesidad de vector) y se mostraba como si fuera una afección respiratoria aguda, con manifestaciones de fiebre alta, ahogo, tos y sanguinolentos esputos. Por consiguiente, la sintomatología que mostraba se caracterizaba, por fuerte bronquitis, dolor torácico, respiración irregular y bronco pulmonía hemorrágica, con expectoración espumosa insistente de  color rosáceo al entremezclarse con la sangre. Finalmente, la muerte solía producirse muy pronto, entre el segundo y el cuarto día, provocada por un edema pulmonar aguda o bien por un colapso cardiovascular[7].

El proceso bubónico venía acompañado venía acompañado de fuerte dolor de cabeza (cefalea violenta), vomito, pulso rápido, dilatación de pupila, mirada pérdida hasta llegar al delirio, etc. Al cabo de una semana aproximadamente los bubones se endurecían y comenzaban a formar pus, siendo eliminados poco a poco bien espontáneamente o por intervención quirúrgica. La peste septicémica siendo está la más mortífera de todas las variedades, se producía por la diseminación del bacilo por todo el organismo partiendo desde los ganglios o el pulmón, de ahí que en muy escasas ocasiones  se diese sin unos antecedentes bubónicos y neumónicos.

Villalba comenta que esta enfermedad se detectaba  repentinamente, con fiebre alta 40 42°, alteraciones nerviosas y psíquicas, acompañadas de abundantes hemorragias cutáneas que se extendían por todo el cuerpo, concretándose en las típicas placas de color negro azulado por las que, en sentido estricto, llegó a denominarse  la afección como el mal negro. La muerte llegaba de modo fulminante en los dos primeros días. [8]

Hay infinidad de enfermedades que se propagaron en los diversos barcos y transportaron a otros lugares en donde se desconocía este tipo de enfermedad, pero con el tiempo se fueron generando soluciones y remedios para curar esas enfermedades. Actualmente algunas enfermedades se curan con los mismos ingredientes que se utilizaban en épocas donde sólo se generaban soluciones y remedios sin saber realmente como curarlas

ENFERMEDADES EN EL DIARIO DE COLÓN

Casas Bartolome comenta que les crecían a algunos las encías sobre los dientes - así los superiores como los inferiores de la boca, hasta que de ningún modo les era posible comer: que morían de esta enfermedad. Diecinueve hombres murieron, más el gigante y otro indio de la tierra de Verzin. Otros veinticinco o treinta hombres enfermaron, quién en los brazos, quién en las piernas o en otra parte; así que sanos quedaban pocos[9].

Citare una de las enfermedades de transmisión sexual que se contagian a bordo o en las escalas que hacían los barcos a lo largo de su viajes, una de ellas es la sífilis esta enfermedad se cree que se originó en América, así  como la viruela, el sarampión y otras enfermedades provocadas por virus, además los indios no tenían defensas para confrontar estas enfermedades.

Casas Bartolome comenta que la sífilis procede del contacto sexual inicial, y llega a Europa con el regreso de Colón en 1493. Era molesta, dolorosa y de aspecto repugnante debido a los chancros, pústulas y úlceras en el rostro y miembros. Las curaciones eran difíciles. Dejaban al paciente mutilado, y, en sus estadios finales, podía llevar a la locura o a la muerte. Pese a su virulencia a principios del S. XVI -llegó a compararse a la peste negra y se la tachó de castigo divino contra los libidinosos- luego perdió el vigor inicial, quedando como una de tantas enfermedades habituales. [10]

El boticario trataba de curar la enfermedad con todas sus plantas medicinales, pero a veces eran ineficientes, a veces desembarcaban en puertos donde habían hospitales, pero realmente no se sabía cómo curar este tipo de enfermedad es por eso que los remedios no eran efectivos y e l paciente llegaba a morir.


EN SU PRIMER VIAJE
  
Baudot dice que cerca de 40 hombres incluyendo a Colón navegaron en la Santa María. La Pinta y la Niña llevaban entre 20 y 30 hombres cada una.  La mayoría eran españoles, y gran  cantidad de ellos de los alrededores de Palos.  La tripulación estaba mayormente formada por marinos experimentados y algunos funcionarios del gobierno, pero no incluía sacerdotes, soldados o colonizadores.  Este era un viaje de exploración y descubrimiento[11].

Los barcos llevaban suficientes provisiones, las provisiones que se llevaban a bordo contenía comida como agua, pescado seco, carne salada, lechones y gallinas vivas, arroz, higos y queso; instrumentos de navegación como cartas de navegación, brújulas, imanes, relojes de arena e instrumentos de navegación e especias y plantas para tratar de curar las enfermedades que se generaban en estos lugares cerrados como los barcos.





[1] Ibídem. Pág. 27
[2] Carmona, J. (2005). Enfermedades y sociedad en los primeros tiempos modernos. Sevilla: Universidad de Sevilla. Pág. 49
[3] Morfin, L. (1994). La desigualdad ante la muerte de la Ciudad de México. (Primera Edición). México: Siglo XXI. Pág. 32
[4] Carreras, A. (1976). La peste y los médicos en la España del Renacimiento. España: Universidad de Salamanca. Pág. 42
[5] Pérez, J. MGAR, http://mgar.net/var/intend2.htm.Fecha de visita: 25 de octubre de 2010
[6] Villalba, J. (1984). Epidemiologia española, o historia cronológica de las pestes, contagios, epidemias y epizootias que han acaecido en España. Madrid: Universidad de Málaga. Pág. 52
[7]  Carmona, J., Op. Cit, pág. 40
[8] Villalba, J., Op. Cit, pág. 50
[9]    CASAS, Bartolomé: Historia de las Indias. Madrid, Ediciones Atlas, 1957. Fol. 2 vois.

[10]  Ibidem Pág. 3
[11] Baudot, G. Op. Cit,  Pag.30

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